Cuando
se negó a salir a la pizarra se hizo el silencio, aquella mujer hecha y
derecha, a pesar de ser ama de casa y pluriempleada y tirar del carro día tras
día se negaba a salir a la pizarra. ¡por qué?- le pregunté
No
puedo, no puedo- me decía. Se me pone
por delante ese profesor de la infancia. Sus castigos, sus insultos, los
recuerdos de lo mal que lo he pasado y es superior a mí.
Al final,por
el pacto que hemos hecho de hacer algo que nos cueste trabajo cada día, terminó
diciendo: lo hago por ti.
El ser
humano está diseñado para aprender, pero el aprendizaje es algo bueno que le
lleva a superar dificultades, a explorar nuevos retos, sin él nos hubiéramos quedado
en las cavernas. Entonces…¿por qué se asocia en tantas ocasiones al
sufrimiento? ¿Cuál es el coste? . A Margarita le había costado “odiar la
escuela” para siempre. Alto precio había pagado por coincidir con un profe
entregado al sufrimiento del alumno, a favor de su ego personal, porque dudo
mucho que profesionalmente uno pueda sentirse a gusto implantando el miedo en
los ojos de los niños. No hay nada más bonito que un niño descubriendo algo
nuevo, un niño embobado con una explicación,
fascinante es la primera vez que descubrimos algo.
La emoción
del aprendizaje se ve en los ojos de los niños, no en sus cuadernos, ni en su letra, la emoción
queda en los ojos. Alex, me lo enseñó. No podía decírmelo de otra forma, pero
en sus ojos se veía sus ganas de aprender, de entenderlo todo, de atraparlo
todo. A pesar de todas sus dificultades: él quería aprender¡¡ Los niños quieren
aprender y no hay cosa más triste que matar esas ganas.
Siento
verdadera lástima cuando un niño dice que odia el cole, especialmente porque
creo que algo gordo está fallando, y
porque además se siente atrapado en él 5 horas diarias. No me atrevo ni hacer las cuentas de que porcentaje de su vida eso significa.
Si esto le sirve para amar la lectura, para enfrentarse con las dificultades de
la vida y para ser feliz podríamos decir que vamos bien, pero si uno sale del
cole odiando las letras y los números, y recordando algunos castigos sin
sentido, y personas que destruyen el amor por aprender( lo siento, no me atrevo
a llamarles maestros), entonces, hemos tirado una buena parte del pastel a la
basura y además esa sensación amarga nos acompañará toda la vida, de forma que
cuando veamos otro pastel parecido, acabaremos diciendo, igual que Marga: no, no , no , a mi aprender no me sienta bien.
Es triste por un lado y emocionante por otro. Si te descubres a ti mismo tarde, ¿es un motivo de tristeza o de alegría? Si encuentras una bolsa debajo de la cama, en el colchón, que te hace rico de pronto, ¿deberías alegrarte por la buena nueva o entristecerte al saber que siempre estuvo ahí?
ResponderEliminarLo malo es eso que dices, que las personas encargadas de guiarte no sólo no lo hayan hecho sino que te han conducido a otro lugar.