El puente
unas más grandes, otras más pequeñas,
algunas redondas, otras
puntiagudas.
No todas las que nos tiran nos duelen del mismo modo,
pero lo cierto es que
las vamos coleccionando poco a poco,
y algo debemos hacer
con ellas.
Empezamos nuestro muro,
las vamos apilando,
hasta que un día el
muro se hace tan alto,
que ya no se sostienen más piedras
uno se da cuenta:
y empieza a devolverlas.
Comienza a tirar con
fuerza,
sin mirar a quien arrasa con ella,
eso da igual:
ya no quieres tener
más piedras.
Y caemos en la cuenta,
que aunque ese muro va bajando,
también se amontonan nuevas piedras.
Piedras que se
devuelven,
y que se encuentran.
El esfuerzo es mayor
ahora.
El cansancio nos consume
tira viejas y recoge nuevas.
De momento, otra salida,
hacer algo bello con
ellas:
un puente que nos acerque
a un horizonte nuevo,
más serenos y valientes.
Buenísima la metáfora del puente, lady Metáfora. Al cuaderno.
ResponderEliminarEsta metáfora, por cierto, me recuerda a la del burro, no sé si la conoces, la suelo utilizar mucho en la consulta.
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